Una alumna del Instituto Tecnológico (IT) participó de la expedición andina que realizó la Asociación Sanmartiniana.
Frío, nieves eternas, ríos congelados, pendientes, precipicios y rocas conforman el paisaje que en 1817, en veintiún días, cruzó el general San Martín, con el Ejercito Libertador para liberar medio continente americano. A casi dos siglos después, Angélica Izaguirre siguió los pasos del Libertador y se convirtió en la segunda mujer puntana en cumplir la proeza. La primera fue Pancha Hernández en 1820.Durante una conferencia brindada en el IT, de la Universidad de La Punta (ULP), la alumna de la carrera Guía de turismo, contó su travesía sanmartiniana. Su admiración por la vida del Padre de la Patria comenzó en una visita académica al Monumento al Pueblo Puntano de la Independencia, en Juana Koslay. “En aquella oportunidad, mi cabeza hizo clic con todo lo que nos contaron los profesores. Me apasionó la vida de nuestro prócer. Trabajando como guía de turismo tuve la posibilidad de conocer a la pro-secretaria de la Asociación Sanmartiniana, quien me sugirió que me anotara para el cruce de la cordillera que realiza la asociación”, relató Izaguirre. El Cruce de los Andes es considerado como uno de los grandes hitos de la historia argentina, así como también como una de las mayores hazañas de la historia militar universal. Para emular la procesa, la mujer de 46 años compitió entre dos mil personas de todo el país en una evaluación sobre historia, de las cuales sólo quedaron seleccionadas 115. Luego de la evaluación, Izaguirre superó una instancia psicológica y física para poder alcanzar el sueño del anhelado cruce andino. La preparación le llevó un año. “Subí y bajé miles de veces las escalinatas del monumento para fortalecer mis piernas, aprendí a cabalgar y completé mi rutina con bicicleta”, manifestó.El grupo, que integró la expedicionaria puntana, inició la travesía el 31 de enero. Partieron desde Uspallata, Mendoza, para llegar hasta el Cristo Redentor. Fueron 70 kilómetros a caballo. El viaje duró seis días cabalgando entre ocho y diez horas por jornada. Al pie de los macizos rocosos, se sortearon mulas y caballos para emprender la subida y formaron patrullas de 12 a 15 personas. “El primer día cabalgué 9 horas descompuesta, desde Uspallata a Fortín de Picheuta. Mi compañero tiró su ración de agua para colocar en su caramañola sales para mi recuperación. Allá no hay individualidades. Todos aprendimos el valor de trabajar en equipo. Estoy orgullosa de ser la segunda mujer puntana que logra esta hazaña”, expresó.El Fortín de Picheuta es una referencia histórica que integra la ruta sanmartiniana. Fue un puesto de observación cerca de un arroyo. Allí, una pequeña guarnición de las tropas sanmartinianas se enfrentó contra las tropas realistas, quienes tomaron el fortín y lo destruyeron. Hoy en el sitio se levanta un mástil conmemorativo.Luego de acampar en Picheuta, el grupo cabalgó hasta la Estación de Polvareda, una vieja estación de tren trasandino que después de un aluvión fue cerrada. Hoy se utiliza para actividades deportivas y conserva la vieja locomotora barre nieve. “No solo cabalgamos por los senderos que recorrió nuestro General, sino que tuvimos clases de historia en la Cordillera. Por ejemplo, en el Fortín de Picheuta realizamos la recreación de lo que fue ese combate. La piel se encrespa al estar en ese lugar”, relató Izaguirre. El recorrido siguió por Punta de Vaca pasando por el complejo Penitentes. Luego llegaron al Regimiento de Artillería de Montaña N° 8 y de allí, subieron a Paramillo de Cuevas. Finalmente, en el último tramo, cabalgaron desde Puente del Inca hasta el Cristo Redentor. “Había partes del recorrido que lo cruzamos con una pierna sobre la montura, ya que de un lado teníamos el macizo de roca y del otro lado el precipicio. Luego del complejo Penitentes, avanzamos sobre Quebrada de Vargas, una pendiente a 45 grados a 1.450 metros de altura. La subimos en forma de zigzag acostados sobre el cuello del caballo para poder ayudarlo a subir”, contó la excursionista. Cada dato histórico que dio Izaguirre fue apoyado por el profesor Hugo Fourcade, en su conferencia ‘San Martin héroe, San Martín modelo’, basada en cartas de miembros del Cabildo sanluiseño. “Los puntanos, en algunos de sus comunicados, nombran a San Martín cómo héroe ínclito por librar la batalla de Chacabuco. Los chicos tienen que asumir la vida del Libertador como un ejemplo a seguir en todas las acciones de la vida cotidiana”, concluyó el historiador.
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